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domingo, 14 de septiembre de 2014

UN FILO D` OLIO

Aprovechando mis vacaciones sicilianas, comencé a leer un libro de una escritora de  la isla, Simonetta Agnello Hornby; el libro en cuestión se llama " Un filo d`olio " ( un hilo de aceite); la obrita   me la ha dejado en préstamo mi amigo Vito, siciliano de Cinciana, que ama su tierra por encima de todo, pero que en la actualidad vive en Madrid y es del Atleti.

El libro, una mezcla de literatura y gastronomía,  está resultando una verdadera joyita:  la autora. al mismo tiempo que   va presentando a su familia, relata  sus veranos infantiles en la aldea de Mosè, lugar cercano a  la ciudad de Agrigento, en Sicilia.

A medida que el libro avanza, vamos descubriendo  la aldea: sus viñedos, olivos, árboles frutales, sus almendros, sus cultivos, su ganado y como todos los que moraban en la aldea, incluida la familia Agnello participaban en las  labores de vendimia, recogida de la aceituna, de las almendras, como hacían pan, queso.... Y como eran sus desayunos, comidas, cenas meriendas..; todo ello para llegar  a al meollo: las recetas de la familia, todas ellas elaboradas por las sorellas Elenù y Teresù, madre y tia de la autora, unas muy buenas cocineras  con una muy buena materia  prima.

Por esas  casualidades de la vida, en mi excursión al valle de los templos, llegando a Agrigento, desde el coche vi el  cartel que decía: Mosè 3km.,  y  me hubiera encantado conocer  si los veranos en el villagio Mosè  seguían siendo los mismos.

Y diréis... ¿ y  este rollo ?  pues este rollo tiene  para mi su razón, porque yo, al igual que Simonetta Agnello, he tenido en Sicilia   mi particular villagio Mosè y he vivido, un poco , lo que la autora relata en su libro; y esto lo estoy descubriendo a medida que avanza mi lectura.

La  familia Santagati, oriundos de Motta Sant´Anastasia, son propietarios de una gran finca, donde no se ven las lindes, repleta  de olivos, almendros, higueras, viñas, todo tipo de árboles frutales y muchas cosas más del género árbol y comestible de las que me estoy olvidando.

Mi estancia en Motta Sant´Anastasia, a los pies del Etna. se ha debido a la amabilidad de las familias Collura- Santagati  que tuvieron la feliz idea de acogerme entre ellos  durante unos cuantos días y entre los que me sentí como una más.  Ahora que estoy escribiendo esta larga letanía y me acuerdo de ellos, se me pone la sonrisa de oreja a oreja. 

Pues bien, una de las mañanas fuimos a dar una vuelta a su gran finca y a ver que nos ofrecía ese día la madre tierra.   Y nos pasamos un buen rato recogiendo uvas, almendras, manzanas, peras. alguna que otra  aceituna; la verdad es que fue una mañana interesante y divertida; y mientras me dedicaba a tales tareas, como soy muy cocinillas, lo que se me pasaba esos momentos por la mente era que preparar con tan excelentes productos.

Y unos días después, delante de  un buen montón de  las almendras recolectadas ( almendras con la cáscara, que aquí llamamos almendrucos), Doménico me dijo: " y hoy vamos a partir las almendras como lo hacemos por aquí";  y allí nos pusimos  los dos, mano a mano, con un par de piedras, tipo cantos de río muy lisos y pulidos, a partir almendras. Una de las piedras hace de base, se pone encima la almendra y se le da un toque preciso, en el sitio justo, con la otra piedra, de tal manera que  se rompe la cáscara y la almendra sale entera y  no hecha mil pedacitos.

Y hablamos de lo divino y de lo humano,  y de como estarían mis polvorones navideños utilizando esas almendras sicilianas. Uno de esos pequeños- grandes momentos que te regala la vida.

Mi sorpresa y mi sonrisa vino hace un par de días, con el libro de Simonetta entre lass manos: se hablaba de la recolección de las almendras y de como, después, les quitaban la cáscara. ¿ y cual era el método en el villagio Mosè? el mismo que me enseñó Domenico y que acabo de contar.

"  Con l ´aiuto di una pietra stacavvano il mallo dalle mandorle e le gettavano nei grandi cesti foderati di tela di sacco poggiati a terra", Y  continúa: " Intanto, in cucina, mamma e zia Teresa sfornavano biscotti ricci crocanti e profumati, crostate con la pasta frolla preparata con la farina di mandorle e mandorline tostate con il sale e l´albume dell´uovo da offrire alle visite del pomerigio".

Muchos años después,  he tenido la fortuna de disfrutar en  Motta Sant´Anastasia el mismo verano que Simonetta Agnello en el villagio Mosè. Y para más casualidades a la protagonista le gusta cocinar y, como yo, es abogado.































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