Esta receta la incluyo dentro del apartado clásicos imprescindibles; me resulta uno de esos platos sencillos pero exquisito y de los que las cocineras de mi familia han hecho siempre.
He estado un poco tratando de encontrar el origen de esta receta, sin grandes resultados; parece que es un guiso de la época de la posguerra, cuando había mucho hambre y poco que llevarse a la boca; en definitiva, se podría decir que es una comida de pobres; pero yo le doy un olé a la primera señora que un día se encontró con que tenía que dar de comer a su prole con un par de patatas que le quedaban en la despensa.
Eso sí, en el siglo XXI, este guiso de la época del hambre se ha sofisticado y se le ponen otros ingredientes, como las almejas o las cocochas; y plato por el que seguro en unos cuantos restaurantes de postín, te cobran un ojo de la cara.. y parte del otro.
LOS INGREDIENTES
- Un kilo de patatas.
- 1 cebolla pequeña o dos chalotas.
- dos ajos.
- 2 huevos.
- 1 litro de caldo de ave.
- aceite, harina, perejil y sal.
- unos taquitos de jamón.
LA PREPARACIÓN:
1) Picar los ajos.
2) En una cazuela se pone un poco de aceite de oliva; se añaden los ajos picados y la cebolla, también picada y se rehoga todo hasta que la cebolla se ponga transparente.
3) Cortar las patatas en rodajas, rebozarlas con harina y huevo y freirlas.
4) En la cazuela donde se han rehogado la cebolla y el ajo, se pone u poquito de harina, dejar que coja color y que se rehogue un poco (para que o sepa a harina cruda) y se añade el caldo.
5) Poner las patatas ya fritas en el caldo; dejar que cuezan unos 15 minutos; cuando ya están casi hechas se añaden los taquitos de jamón y el perejil.
6) Servir.
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